Martín Serván ha ofrecido una rueda de prensa en la que explica la observación que el grupo socialista ante el cierre presupuestario aprobado en el pleno ordinario anterior.

El concejal del grupo socialista, Martín Serván explicaba hoy ante los medios la opinión del partido ante el cierre presupuestario definitivo  y las incidencias en la gestión del ayuntamiento en los proyectos de obra e inversión.

Estos presupuestos cuentan con 80 millones de euros que se encuentran en proyectos que se encuentran pendientes de ejecutar. Parece ser que el ayuntamiento no encuentra la importancia de estos proyectos que son los que en un futuro darán oportunidades de empleo de calidad.

“Evalúen el encargo que la ciudadanía dio a sus representantes políticos para dirigir el ayuntamiento” sugería Martín. Pues este encargo debería ser motor para impulsar el desarrollo económico y social de Badajoz.

El PSOE de Badajoz mantuvo una reunión con la Comisión de Seguimiento de Inversiones  para que explicaran la situación detalladas de las obras de la ciudad y no se informó  más que del Plan de Impulso que ya había sido aprobado. “47 millones de euros de este Plan de Impulso fueron destinados a equipos de sonido, adquisiciones de pantallas, vitrinas y peanas expositivas” lamenta el concejal socialista.

Esta “gestión” por llamarla de alguna forma, ha sido la culpable de que actualmente en el ayuntamiento de Badajoz haya funcionarios enfrentados, servicios poco colaborativos, carentes de administración electrónica que le permita hacer su trabajo.

“Todo esto hay que achacarlo a un gobierno que debería dirigir y nunca se ha ocupado de ello. Sus soluciones han sido externalizar servicios” señalaba Serván.

Por último, el concejal socialista se ha pronunciado sobre la plantilla presupuestaria: “hay 5 millones de euros de retribuciones que no han sido utilizados”. Esto es debido a las 280 vacantes existentes pendientes de cubrir. Este dinero sale de nuestros impuestos para prestar servicios necesarios. Martín Serván expicaba que “no estamos ante un problema de dinero, sino ante la desidia y falta de planificación mezclada con una dolencia de lo público que clama al cielo”.