Badajoz, 08.11.2018 |

  • El portavoz socialista y candidato a la Alcaldía de Badajoz afirma que el alcalde carece de argumentos para negar ahora sedes a colectivos de la ciudad. Y le dice a Fragoso que un alcalde injusto, es un mal alcalde.

FRAGOSO: DE LA CARIDAD VECINAL A LA INDIFERENCIA.  

Ricardo Cabezas cuestiona el carácter social de la entrega de llaves del nuevo local a la Asociación de Vecinos de Cerro Gordo y lo considera más interés electoral del alcalde.  El edil socialista celebra las nuevas instalaciones para estos vecinos y lamenta que el PP haya estado unos años permitiendo desde el gobierno de la ciudad que los vecinos se reunieran en un local sin ventanas ni aseos, sin habitabilidad posible. La entrega de llaves a los vecinos significa para Cabezas la rendición del alcalde ante la evidencia de que la gestión precedente fue inadmisible y nunca los vecinos debieron convivir en un espacio que no pasaría una inspección de sanidad. También espera que el ayuntamiento ofrezca la máxima colaboración para que cuenten con todos los elementos para desarrollar sus actividades con garantías.

Pero al portavoz socialista le sorprende el alquiler y adecuación de lo locales para las asociaciones de Cerro Gordo y Las Vaguadas por la vía de urgencia sin tener soporte contable estos gastos. Asegura que ya el alcalde no podrá argumentar que el dinero es “finito y llega hasta donde llega” para vetar otras peticiones vecinales y de diferentes colectivos que reclaman desde hace años un local social donde reunirse en las distintas barriadas. “El alcalde ha perdido todos los argumentos para seguir negando sede para los mayores de Suerte de Saavedra a los que tiene enfilados. La aversión del alcalde a los vecinos y vecinas de Suerte de Saavedra empieza a ser legendaria. Tampoco se lo puede negar a vecinos de Ciudad Jardín y Huerta Rosales y a más de diez asociaciones de pacientes. Ya no puede justificar que no hay dinero. Le pido al alcalde un ejercicio de responsabilidad. Le pido que sus resoluciones no sean arbitrarias, que no puede seguir saltándose las normas habituales que nos hemos dado todos de trato igualitario, que no puede seguir moviéndose desde su voluntad caprichosa ni castigando con su indiferencia a algunos”, señala Ricardo Cabezas.