El alcalde sigue con su afán de limitar la libertad de expresión del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Badajoz. Ahora ha rechazado que el PSOE presente una moción al próximo pleno donde pide reforzar con más agentes la subinspección de policía de la calle Montesinos y convertirla en comisaría conjunta. Por el contrario, el alcalde sí acepta de buen grado una moción del PP sobre las dependencias de Policía Nacional en la plaza Alta
Para los socialistas el alcalde busca el enfrentamiento, emplea dos varas de medir evidenciando un cada vez más claro talante déspota, autócrata, incluso macarra, buscando limitar la libertad de otros grupos políticos
No es que el alcalde aplique la parte estrecha del embudo a los socialistas, es que les niega del todo la posibilidad de exponer mediante moción a pleno una realidad que ha vivido y está viviendo la ciudad de Badajoz, donde la subinspección de la Policía Local en la calle Montesinos ha estado y está infradotada, sin apenas personal, una realidad que se ha ocultado convenientemente por el equipo de Gobierno del PP haciendo creer a Badajoz que estaba abierta y prestando un servicio a la ciudad y especialmente al centro histórico. Y no era así, estaba cerrada hasta hace poco o la inmensa mayoría del tiempo no había nadie. Pero Gragera no tiene ningún problema de conciencia al incluir una moción de su partido para que se mantenga abierta una dependencia de Policía Nacional en la plaza Alta. La parte ancha del embudo se la queda él, muy propio de la derecha de toda la vida y, la parte estrecha, la tapona. El alcalde, que ya ha demostrado grandes dotes para manipular y mentir a la ciudadanía de manera continuada y sistémica, es la segunda vez que recorta la libertad de intervención pública de los socialistas, la anterior fue hace menos de un mes cuando dio instrucciones de impedir para siempre que los vecinos de Badajoz intervinieran en la sala de prensa acompañando a concejales del PSOE, pero sí lo podían hacer si acompañan a concejales del PP.
Es evidente que el alcalde se burla de la representatividad del PSOE en el consistorio y que busca el enfrentamiento. Es notorio que utiliza la ley del embudo de manera burda y torpe, pero que retrata perfectamente al auténtico Gragera como un regidor que abusa cuando quiere de la mayoría absoluta, un autócrata que toma decisiones para limitar y coartar torticeramente y de manera burlesca la libertad de otros grupos políticos.
No obstante, desde el Grupo Socialista esperan que alguien asesore con sensatez al alcalde y rectifique, que todavía está a tiempo.
Foto: PSOE Badajoz.