El alcalde dice que el borrador avanzado del presupuesto ya está en manos de todos los concejales, pero oculta que es el concejal ultra el que no ha dado el visto bueno a las cuentas y por eso no hay fecha. Los socialistas desconocen en qué consiste su último chantaje.
El alcalde hace balance de fin de curso aunque el curso no haya terminado, pues los concejales se volverán a ver en agosto por la mala planificación y por llegar tarde a todo el equipo de gobierno.
El balance del alcalde de hoy resultaba incompleto y poco creíble. Ha sido un mojón de balance. Sin dar a conocer y sin aprobar ni el presupuesto ni el plan de impulso con el que poder trabajar y ayudar a las pymes. Un desastre en toda regla que Fragoso ha pasando de puntillas ante esta evidencia, que resulta indecente. El presupuesto lleva días terminado y si no se convoca la Comisión de Economía, Hacienda y Patrimonio se debe a las reservas que sobre el presupuesto tiene el exconcejal de Vox que está reteniendo y dificultando su aprobación. Y así, los otros trece concejales y toda la ciudad esperan que el chantajista y caprichoso concejal ultra se decida a caerse del caballo. Lo cierto es que el presupuesto no se aprobará en julio, ni siquiera el plan de impulso y, en estas circunstancias por la pandemia, es del todo inaceptable esta situación grotesca y escandalosa. El Grupo Socialista no conoce las circunstancias del chataje del concejal con trayectoria nazi, pero en cualquier caso, exigen decir la verdad y una solución inmediata por el bien de la ciudad.
UN BALANCE SOPORÍFERO: SIN FUTURO Y SIN ILUSIÓN. Más que un balance lo de hoy del alcalde ha sido una fantasmada. Nada nuevo: solo promoción hueca y absurda. Una perorata que vale para cierre del curso político, pero también para el inicio del curso escolar, para la Feria del Toro o para anunciar la Navidad. Siempre el mismo argumentario que aburre a los patos de Castelar. Una intervención que desvela una realidad: que hay poco de qué presumir, que todo está manga por hombro y que este equipo, como antes en solitario el PP, llega tarde a todo y no puede ir más lento en la gestión. Todos los proyectos son de hace 12 y 18 meses, anunciados hace mucho más, algunos acumulan ocho años e incluso 13.
Es revelador que el alcalde en su balance no cite ni por equivocación a ninguno de los otros grupos políticos ni a ningún otro concejal.
Despejado el propio futuro del alcalde en el Senado, el regidor no ha hablado ni un minuto del futuro de la ciudad. Siempre buscando el enfrentamiento con otras Administraciones y dando lecciones que sin embargo él no se aplica en su gestión diaria. Su discurso de hoy simboliza la política de regate corto, política triste y hundida en la melancolía que es la que menos conviene ahora mismo a la ciudadanía. En el PSOE lamentan que no se haya dirigido en ningún momento a los pacenses que peor lo están pasando ni les ha dicho que él está a su lado. Más que nada el alcalde ha demostrado hoy que el COVID-19 es un argumento perfecto para esconder una gestión mediocre y pobre, un querer y no poder, que es justo lo contrario a lo que necesita Badajoz.